Día Mundial de la Hipertensión, ¿por qué se celebra?

*** Los riesgos de la hipertensión arterial pueden contrarrestarse con la efectividad de la medición, el diagnóstico y el tratamiento oportunos.

El 17 de mayo de cada año (excepto en casos extraordinarios) se celebra el Día Mundial de la Hipertensión. La promoción de este evento se debe a la Liga Mundial de la Hipertensión (WHL, por su identificación en inglés como World Hypertension League).

Los objetivos generales de la conmemoración están dirigidos a un aumento de la conciencia global sobre los riesgos de la presión arterial alta. Además de la transmisión de información oportuna y el perfeccionamiento de la técnica de medición, ya que este factor puede alterar las determinaciones clínicas.

A su vez, la importancia clínica de la hipertensión, que ha motivado el lema del 2021: «Mida su presión arterial con precisión, contrólela, viva más tiempo», nace de la estadística expuesta por la misma WHL. En ella, la Liga afirma que un 50 % de las personas con presión arterial elevada a nivel mundial no están al tanto de su condición.

Efectos de la hipertensión en la salud

La hipertensión arterial es una afección que se caracteriza por la elevación fuera de los límites saludables de la fuerza ejercida por la sangre contra las paredes de las arterias. Esto puede desencadenar enfermedades cardiovasculares.

Existen dos elementos para definir la presión arterial. Se trata de la presión sistólica (presión en las arterias durante los latidos del corazón) y la presión diastólica (presión en las arterias entre latidos). Los valores de ambas se expresan en milímetros de mercurio (mm Hg).

Por otro lado, los síntomas de la hipertensión no son específicos, ya que hay pacientes que no evidencian señales, sin importar que estén muy cerca de sufrir efectos graves, como los siguientes:

  • Infarto agudo de miocardio.
  • Insuficiencia de los vasos sanguíneos en los riñones.
  • Rotura de aneurismas.
  • Problemas de memoria.

Asimismo, existen circunstancias en las que los signos sí hacen acto de presencia. Se manifiestan en forma de dolores de cabeza, sangrado nasal y problemas respiratorios.

Causas y factores de riesgo

Antes de definir las causas y los factores de riesgo, es importante afirmar que hay dos tipos de hipertensión arterial: primaria y secundaria. En el caso de la primaria, no se han establecido causas puntuales y se atribuye a cambios que no se pueden determinar en concreto.

En cuanto a la hipertensión secundaria, se origina de una enfermedad preexistente. Por ello, sus orígenes pueden ser los siguientes:

  • Enfermedad renal.
  • Alteraciones de la tiroides.
  • Consumo de drogas.
  • Algunos medicamentos, como analgésicos, antigripales y descongestivos.
  • Tumores ubicados en la glándula suprarrenal.

Siguiendo la línea de las condiciones que son capaces de propiciar la afección que se busca visibilizar en el Día Mundial de la Hipertensión, podemos mencionar estos factores de riesgo:

  • Raza: existe un mayor riesgo de hipertensión y de consecuencias graves en personas de ascendencia africana.
  • Edad: entre los 64 (en hombres) y 65 años (en mujeres) se incrementa el riesgo de padecer hipertensión.
  • Sobrepeso: la cantidad de sangre requerida para llevar oxígeno y nutrientes a los tejidos es proporcional al peso que se tenga. A mayor volumen de cuerpo sin entrenamiento, mayor carga para el sistema cardiovascular.
  • Sedentarismo: falta de actividad física.
  • Tabaquismo: los químicos del tabaco generan estrechamiento en las arterias y aumentan las probabilidades de problemas cardíacos.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de la hipertensión se hace a partir de una exploración física, junto a la medición de la tensión con la utilización de un tensiómetro. Se requiere realizar la medida en cada brazo para efectos comparativos y diferenciales.

Teniendo los resultados, se debe considerar la siguiente clasificación:

  • Presión arterial normal: sistólica inferior a 120 mm Hg y diastólica de 80 mm Hg.
  • Presión arterial alta: presión sistólica de 120-129 mm Hg y menos de 80 mm Hg de diastólica.
  • Hipertensión etapa 1: sistólica de 130-139 mm Hg y presión diastólica de 80-89 mm Hg.
  • Hipertensión etapa 2: presión sistólica superior a 140 mm Hg y presión diastólica por encima de 90 mm Hg.
  • Emergencia hipertensiva: presión arterial superior a los 180/120 mm Hg.

Luego de dar con la clasificación, el tratamiento consiste en cambios del estilo de vida, como una dieta saludable y ejercicio. Si no se consigue una estabilización, entonces se recurre a medicamentos como diuréticos, inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA), antagonistas de receptores de la angiotensina II (ARA) y bloqueadores de los canales de calcio.

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