«Océanos sanos», un revulsivo vital contra la pandemia climática
Por: Josué Quintana Gómez
Los océanos regulan el clima de la Tierra, proporcionan oxígeno, alimento, medicinas, han servido como medios para navegar el mundo y absorben gran parte del dióxido de carbono (CO2) que generan nuestras actividades y asfixian al planeta. Sin duda que desde el origen de la existencia humana (hace unos 200,000 años) han sido un elemento fundamental para coadyuvar a la supervivencia misma de nuestra especie.
Desde 2009, cada 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos y la comunidad científica, ambientalista y los medios de comunicación divulgan millones de mensajes para la concienciación durante esta fecha. Es una acción válida pues durante décadas los océanos han sufrido los estragos de la contaminación (80% provocada por las actividades humanas) ya que hemos los hemos vuelto un enorme sumidero para todo tipo de desechos; además, enfrentan el saqueo de la sobrepesca indiscriminada y la degradación de sus ecosistemas.
Esta fecha plantea una nueva oportunidad para el debate, reflexiones y acciones concretas. El cambio climático, la acidificación, los microplásticos y la desertización de los polos amenazan a un ritmo sin precedentes al Pacífico, Atlántico, Índico y los glaciales Ártico y Antártico, que juntos cubren cerca del 70 por ciento de la superficie de la Tierra.
Fue hasta el arranque del corriente XXI que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) encendió las alarmas por los múltiples impactos y para esta década se propone aumentar el conocimiento e importancia que tienen los océanos de cara a la inminente crisis climática. El cambio climático es la verdadera amenazada, esa es la verdadera pandemia de este siglo.
La captación de CO2 que hacen los océanos es vital en la mitigación del cambio climático; sin embargo, la humanidad acelera cada vez más el ciclo del carbono en sus aguas y esto podría invertir su función en la regulación del clima, esto podría transformarlos en un elemento más de calentamiento.
El rol de los océanos en la regulación del clima en la Tierra por medio de la absorción del CO2 es poco conocido, explica un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que se titula Investigación Integrada sobre Carbono Oceánico y fue publicada el mes pasado.
El documento advierte que, de perder su función como reservorios del C02, los océanos por el contrario contribuirían al calentamiento del planeta y acelerarán el avance del cambio climático. En resumidas cuentas, la restauración del “Gran Azul” retrasará la crisis climática y todos podemos ser parte de la solución.
Sin duda que la acumulación del carbono generado por la actividad humana en el océano ha alterado la química del agua de mar, un fenómeno conocido como acidificación del océano que ya pasa factura a los ecosistemas marinos.
Como se sabe, las selvas en territorio continental también captan carbono, pero científicos indican que la efectividad de los bosques de algas y pastizales marinos tienen mayor efectividad, en promedio atrapan CO2 entre 25 y 30 veces más que las junglas.
Con lo antes expuesto, no quisiera ser pesimista, pero en este día es oportuno recordar que el océano ya no puede sostener por mucho tiempo más nuestra indiferencia, desde la revolución industrial ha sido el sumidero de carbono más importante de nuestro planeta y necesita de nuestra ayuda para restaurarse.
Hay cosas pequeñas que todos podemos hacer, hace unas semanas caminaba por una playa en el Caribe hondureño y observé el afán de una familia mientras recogían plástico, por cierto, había varias mascarillas.
La familia me aseguró que querían un océano más limpio y sano, que “ojalá en Honduras se manejaran mejor los desechos”, a lo que les respondí que estaba de acuerdo y mucho pasa por los buenos hábitos.
Mi consejo para ellos fue que apoyaran a las organizaciones e iniciativas ciudadanas ambientales y especialmente oceánicas, que busquen en Internet información verificada del cambio climático, participar en voluntariados y presionar a las empresas y gobiernos para ejecutar acciones concretas.
La verdadera pandemia de este Siglo XXI se llama cambio climático y hay que prepararse para sus devastadores efectos, todo es cuestión de tiempo. Océanos sanos, limpios y funcionales nos podrían salvar la existencia, una vez más. ¡Feliz Día Mundial de los Océanos!