¿Atenderá Estados Unidos el pedido de 185 Naciones?
Por: Fernando López
El pasado dos de noviembre, en la Asamblea General celebrada por la Organización de las Naciones Unidas -ONU-, 185 países votaron porque Estados Unidos levante el embargo económico que mantiene contra Cuba, desde el 19 de octubre de 1960, decretado por el entonces Presidente Dwight Eisenhower, como respuesta a las expropiaciones de las compañías y demás propiedades de los ciudadanos estadounidenses residentes en la isla por parte del gobierno revolucionario encabezado por Fidel Castro. Los intereses estadounidenses afectaron aproximadamente Un mil millones de dólares que incluía tierras, refinerías y plantaciones de caña de azúcar.
El 1 de enero de 1959 el movimiento revolucionario habría derrocado a Fulgencio Batista. El embargo decretado inicialmente excluía alimentos y medicinas, sin embargo, en 1962 las medidas adoptadas por Estados Unidos se endurecen y las restricciones llegaron a tal punto que el embargo fue casi total, debido a la crisis de los misiles en Cuba.
En el mes de febrero de 1962, el gobierno del entonces presidente de Estados Unidos John F. Kennedy extendió las restricciones a las importaciones cubanas, basándose en la Foring Assistance aprobada por el Congreso en 1961, que permitía al presidente la imposición de medidas hasta que el gobierno cubana avanzara en la compensación de ciudadanos estadounidenses por la expropiación y nacionalización iniciada en 1960.
Luego, en 1962, con la crisis de los Misiles, Estados Unidos amplía a las sanciones impuestas, un bloqueo naval sobre la Isla, para evitar la llegada de más misiles balísticos que tenían capacidad nuclear procedentes de la Unión Soviética. El bloqueo impuesto en octubre, fue levantado en noviembre de ese mismo año, una vez finalizada la crisis.
Durante la presidencia del presidente Bill Clinton, a través de las leyes Cuban Decmocrfacy y Cubab Liberty and Democracy, sirvieron para reforzar el embargo decretado por el presidente Eisenhoer.
A raíz de pláticas sostenidas entre el Presidente Barack Obama y el sucesor de Fidel Castro, Raúl Castro, se anunció por ambos mandatarios una normalización de las relaciones entre ambos Estados. Estas conversaciones se llevaron a cabo en el Vaticano y en Canadá, facilitadas por el Papa Francisco y el gobierno canadiense. El resultado inmediato de estas conversaciones dio como resultado la instalación de embajadas en ambos países.
Lamentablemente aquello logros se deterioraron durante el mandato de Donald Trump, y dentro de las medidas figuraron la prohibición para los ciudadanos estadounidenses se alojaran en hoteles del Estado cubano y en residencias privadas de ciudadanos cubanos. Se prohibieron viajes de carácter estudiantil. También se prohibió la llegada de aviones corporativos, cruceros, veleros y barcas pesqueras estadounidenses a Cuba.
Se eliminaron los permisos generales para que ciudadanos estadounidenses asistieran u organizaran encuentros o conferencias profesionales y su participación en presentaciones públicas, talleres, competiciones atléticas. Hay más restricciones, pero hay anotado algunas, que casi volvieron a cerrar las puertas para que esa nación caribeña pudiese volver a mejorar su economía, principalmente la derivada del turismo.
De acuerdo con datos del Observatorio de Complejidad Económica del Instituto Tecnológico de Massachusetts -MIT- por sus siglas en inglés, de 2019, de los principales destinos a las exportaciones de Cuba, el primer lugar lo ocupa China, con un 38.2 por ciento. Luego está España con el 10.5 por ciento. Países Bajos con el 5.44 por ciento, Alemania y Chipre que suman 9.42 por ciento, siendo sus principales exportaciones tabaco, azúcar, bebidas alcohólicas, níquel y zinc.
Cuba importa principalmente de España el 19.2 por ciento, de China el 15 por ciento, de Italia, Canadá y Rusia el 16.45 por ciento. Entre las importaciones que sobresalen en el informe del MIT es carne de pollo, trigo y leche concentrada.
La anterior relación de un poco de la historia del embargo a Cuba, es para comprender mejor el origen primigenio de la decisión de los distintos gobiernos de la Nación del Norte, sus moderadas relajaciones diplomáticas y comerciales durante el gobierno de Barak Obama y, las restricciones impuestas recientemente por el gobierno de Donald Trump.
Con el voto casi unánime de los países que integran la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas para levantar el embargo comercial a Cuba, es también lógico ver la abstención de Ucrania, pues está recibiendo apoyo militar y económico de Estados Unidos, igualmente se comprende el voto en contra de Israel, actualmente en guerra en la Franja de Gaza.
Es evidente que el poder que ha ejercido Estados Unidos a nivel mundial se ha venido a menos. Desde el fin de la guerra fría, la caída del muro de Berlin, el nacimiento de otras naciones que su territorio en otras épocas fuesen parte de la Unión de Repúblicas Soviéticas.
Levantar el embargo a Cuba, significaría dejar en plena libertad a los cubanos para que sean ellos quienes peleen dentro de su nación, su libertad económica, luchar por una mejor calidad de vida y en el corto o mediano plazo, una verdadera independencia del régimen que por más de 60 años les ha tenido restringidas las más elementales libertadas, solo hasta entonces será una total verdad que al unísono sus habitantes exclamen ¡CUBA LIBRE!