Año Nuevo

Por: Fernando López

Pasadas las fiestas de Noche Buena y Navidad, nos centramos en la celebración de despedida del 2023 y la bienvenida al 2024. Muchos saldrán de la capital, unos a esperar el Nuevo Año en las playas del Pacífico o del Atlántico. O a la vera de los hermosos ríos y lagos que hay en nuestra hermosa Nación. O viajarán a sus “tierras” a ver a la familia, a recordar los momentos de felicidad de la niñez, adolescencia y juventud.

Los que no, abarrotarán las discotecas, los restaurantes que se especializan en cenas de fin de año, con música en vivo y la famosa copa de champagne y sin faltar las 12 uvas a la media noche. Otros se quedarán en casa, en familia o disfrutando de una buena película y ricos postres.

Pasadas estas horas, en las que veremos languidecer el Año Viejo y ver las primeras horas del Año Nuevo, pensaremos en lo que deseamos en el 2024.

Empezar de nuevo a evaluar los gastos de las colegiaturas, de las listas de útiles escolares, de los uniformes, el presupuesto para llegar a fin de cada mes y las diferentes maneras de ganar un poco más para cubrir los porcentajes que los comerciantes harán a los distintos productos de la Canasta Básica Familiar y Ampliada, a pelear para que alcancen los ingresos para cubrir las necesidades de la familia y las propias.

Pero este Nuevo Año viene además con el ascenso de nuevas autoridades, las que tomarán posesión el próximo 14 y 15 de enero, en los Organismos Legislativo y Ejecutivo y las 340 Municipalidades. La mayoría deseamos que desde el Ejecutivo se enderece la administración pública y las inversiones que se hagan en Educación, Salud, Seguridad, Infraestructura y en el resto de los distintos Ministerios y Secretarías, procuren el desarrollo del país.

Es deseable que haya armonía entre los Organismos de Estado, especialmente entre el Legislativo y Ejecutivo, pues son quienes con sus decisiones podrán hacer realidad el deseo de la ciudadanía, especialmente de quienes dependen de la inversión de capitales para la generación de empleo, ingresos y fuentes de trabajo, del desarrollo de una economía, que permita la competencia a todo nivel de bienes y servicios que, dinamicen y desencadenen una mejor calidad de vida para todos.

Aún no se sabe quienes son los elegidos para estar al frente de los ministerios y otras dependencias importantes para el manejo de la cosa pública, pero se espera que quienes sean designados no olviden que su paso por cada cartera, es por un determinado tiempo y que de su desempeño depende el éxito de el representante legal del Estado, el Presidente Constitucional de la República, y es quién debe cada día, rendir cuentas a quienes le eligieron.

Ninguna construcción es sólida si no se consideran los cimientos y la vitalidad de sus componentes. Por eso mismo, el gobierno de la República tiene que considerar como su prioridad establecer programas que aseguren y fortalezcan la alimentación y el desarrollo general del ciudadano, además del cuidado de las mujeres en estado gestacional y, especialmente el cuidado de los niños, especialmente de quienes se encuentran padeciendo de desnutrición crónica y aguda.

El apoyo a las madres trabajadoras tiene especial enfoque, pues un alto porcentaje de hogares tiene como cabeza de familia a la mujer. Pero sobre todo, debe respetarse su identidad con sus raíces étnicas, culturales, biológicas y de pertinencia.

A manera de comentario, es importante señalar que el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social -MSPAS, cuenta con una red de 43 hospitales a nivel nacional, en los que se brinda atención de segundo y/o tercer nivel, dos de ellos son de referencia nacional, siete especializados, siete nacionales regionales, 14 departamentales y 13 distritales. Muchos de estos hospitales carecen de un mantenimiento adecuado, igualmente el equipo y mobiliario que tienen inventariado. En los medios de comunicación se has informado en múltiples ocasiones y en distintas administraciones gubernamentales respecto de la falta de abastecimiento de Medicamentos y material médico quirúrgico (mayor y menor), siendo recurrente las crisis hospitalarias, lo que incide en una mala prestación del servicio del servicio de la salud a la población, especialmente en área rural.

En fin, son múltiples los problemas a enfrentar por la administración que asumirá el próximo 14 de enero, por ello es esencial que quienes sean designados para ocupar esos puestos de dirección, comprendan que el compromiso es con Guatemala, con las grandes mayorías, con quienes desean trabajar para tener algo mejor qué ofrecer a sus familias.

Un pueblo con salud, es productivo. Un pueblo con educación es sano. Un pueblo con fuentes de trabajo, es un pueblo con responsabilidad hacia su familia y con el Estado, comprometido con su desarrollo. Un pueblo con seguridad es un pueblo con deseos de vivir en paz.

Ojalá y los próximos 12 meses, Guatemala sea un país próspero y en PAZ.

¡Feliz Año Nuevo!

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